Cómo afecta la sal al cerebro y la presión arterial: estos son los descubrimientos de estudio

Alianza Informativa Radio Caracol / Cristian Almanza
Sea Salt Grains in Wooden Spoon on Brown Wooden Background.
Un estudio reciente encabezado por la científica Masha Prager-Khoutorsky, investigadora de la Universidad McGill, de Canadá, aporta una nueva perspectiva sobre los mecanismos que desencadenan la hipertensión.
Su equipo descubrió que una dieta alta en sal es capaz de inflamar zonas específicas del cerebro, lo que produce un aumento directo de la presión arterial. Este hallazgo, publicado en la revista ‘Neuron’, cuestionó la visión tradicional que atribuía el origen de la hipertensión casi exclusivamente a la función renal y al estado de los vasos sanguíneos.
La investigación, realizada junto con especialistas del ‘Research Institute of the McGill University Health Centre’, sugiere que el cerebro podría desempeñar un rol más relevante de lo que se pensaba.
Desde la perspectiva de estos resultados, determinadas respuestas inflamatorias en regiones cerebrales clave podrían activar rutas que elevan la presión de forma sostenida, incluso cuando otros órganos parecen funcionar con normalidad.
Adicionalmente, hay que agregar que este descubrimiento abre la posibilidad de replantear enfoques clínicos para tratar la hipertensión, sobre todo en pacientes que no responden a los tratamientos convencionales. Asimismo, destaca la necesidad de profundizar en cómo la alimentación afecta al sistema nervioso y, en consecuencia, a la salud cardiovascular.
¿Cómo se desarrolló el estudio y qué mecanismos se identificaron?
Para reproducir un patrón alimenticio similar al humano, los investigadores ofrecieron a ratas agua con un 2% de sal, una concentración comparable a la que podría derivarse de una dieta cargada de comida rápida y alimentos procesados.
Este consumo desencadenó la activación de células inmunitarias en una región cerebral importante, generando un proceso inflamatorio que elevó la liberación de vasopresina, una hormona directamente vinculada al aumento de la presión arterial.
Por su parte, el equipo científico empleó tecnologías avanzadas para comprender este fenómeno con mayor precisión. Por medio de técnicas de imagen cerebral y microscopía de superresolución, herramientas de desarrollo reciente, pudieron observar cómo las células inmunes interactuaban con otras células del sistema nervioso.
Hay que considerar que estas aproximaciones permitieron visualizar dinámicas que antes pasaban desapercibidas, aportando evidencia sólida sobre los mecanismos que conectan la ingesta excesiva de sal con la respuesta inflamatoria en el cerebro.
En suma, los investigadores generaron reconstrucciones tridimensionales altamente detalladas utilizando el software ‘IMARIS’, lo que facilitó la identificación de estructuras y procesos celulares involucrados.
¿Qué implicaciones tiene este estudio para el futuro de la hipertensión?
Este estudio de Prager-Khoutorsky también plantea que el cerebro podría ser la pieza faltante para comprender de forma más completa la hipertensión, especialmente en aquellos casos que no mejoran con los tratamientos habituales.
Como se mencionó anteriormente, sus hallazgos indican que ciertas respuestas inflamatorias cerebrales podrían impulsar el aumento sostenido de la presión arterial, lo que abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas centradas en el sistema nervioso.
La elección de ratas como modelo experimental añade solidez al trabajo, pues su forma de regular el equilibrio de sal y agua se asemeja más a la humana que la de los ratones; esto permite que las conclusiones adquieran una mayor relevancia clínica y ofrezcan pistas más precisas sobre cómo estos mecanismos podrían manifestarse en personas.
Por otra parte, la investigación, desarrollada por Ning Gu y un equipo de colaboradores, contó con el respaldo del ‘Canadian Institutes of Health Research’, la ‘Heart and Stroke Foundation of Canada’ y la ‘Azrieli Foundation’.
Finalmente, cabe añadir que próximas etapas del proyecto buscarán determinar si los mismos mecanismos identificados también influyen en otras variantes de hipertensión, lo que podría transformar futuras aproximaciones de tratamiento.



