
El estadio de Anfield, que tantas veces sonó atronador con las actuaciones de su ídolo portugués Diogo Jota, fallecido esta madrugada en un accidente de coche junto a su hermano en España, guarda hoy un ensordecedor silencio que suena a tristeza, rabia y desolación.
El templo de los ‘Reds‘ vive una pesadilla de magnitudes solo comparables a la tragedia de Hillsborogh, cuando en 1989 fallecieron 97 aficionados del Liverpool en una avalancha durante las semifinales de la FA Cup.
Justo frente al memorial que se levantó en recuerdo de aquellas víctimas, cientos de seguidores del Liverpool, de su máximo rival, el Everton, y aficionados al fútbol general han hecho crecer un improvisado altar con flores, banderas, bufandas y camisetas en forma de homenaje efímero a la figura del portugués.

“Simplemente no se cómo ha sido posible. Para ser sincero, son muy malos los sentimientos. Portugal ha perdido a dos fantásticos futbolistas. Y este club ha perdido a uno de sus mejores.”, confesó a EFE entre lágrimas Patrick Moll, un trabajador de la construcción que, como la mayoría, deambula por la zona y comenta incrédulo lo sucedido.

“Devastador“
Es la palabra más repetida por los allí presentes. La casuística del accidente, una salida de la carretera durante un adelantamiento tras el reventón de una rueda, según informaron a EFE fuentes de la investigación, pasada la media noche, hace aún más dolorosa la pérdida para los aficionados.

“Solo imagínate que eres la madre o el padre de Diogo… Cómo te sentirías ahora mismo. No hay mucho que decir, no hay palabras para describir lo que se está sintiendo“, reflexiona Chamswe Chworgo, un joven sudanés que se mudó a Liverpool por amor a su equipo.

“Diría que basura, devastador, tengo la misma edad que él, 28. No se cómo me sentiría en este momento. No lo sé. Triste, devastado, seguramente así es como me siento”, cuenta Aaron Lions, joven estudiante que porta una camiseta de la temporada 2020/21, en la que Jota debutó en el Liverpool.
A la zona también acudieron aficionados del Everton, el máximo rival y que sufrió en varias ocasiones la calidad del portugués, que también dejaron bufandas y camisetas, símbolo de que, en estas situaciones, no hay rivalidad que valga en una ciudad que palpita fútbol en cada una de sus esquinas.
Niños y mayores, padres e hijos, sin importar la cercanía o no al estadio se congregaron para honrar la memoria de un deportista con un prometedor futuro por delante tanto en su selección como en el Liverpool.

Pero dentro de la evidente y comprensible angustia por la pérdida, la sonrisa vuelve a la cara de los aficionados cuando recuerdan algunos de los momentos en los que Jota brilló en un Liverpool en el que se reafirmó como estrella emergente tras su destello en el Wolverhampton Wanderers, donde comenzó su periplo inglés.
Cruzando la carretera que separa Anfield con una tranquila zona residencial se encuentra ‘The Park’, un pub imprescindible en la historia del Liverpool, y que este jueves se resigna medio vacío tras la muerte de su futbolista.

Cuatro aficionados discuten en la barra sobre si debería retirarse su dorsal, el 20, si hubiera sido capaz de ganar el Balón de Oro o incluso si hubiera podido ser el sucesor natural de Cristiano Ronaldo en la selección portuguesa, con la que hace poco ganó el título de la Liga de Naciones ante España.
En las cientos de camisetas, tarjetas, pancartas y velas, hay un denominador común: las siglas YNWA. “You Never Walk Alone” (nunca caminarás solo), el histórico himno que es hoy el deseo de todos los fanáticos del club inglés tanto con Diogo Jota y su hermano, André Silva, como con su familia.
EFE